martes, 3 de mayo de 2011

Estabilidad para las FF.AA. y PNP

Urge un sistema acorde con el servicio 
Javier Bravo Villarán
Vicealmirante (r)
EL COMERCIO
martes 3 de mayo del 2011
Nuestro sistema político está sustentado en una lógica que se origina en la cesión parcial de nuestros derechos en fiducia que hacemos los ciudadanos a un grupo que voluntariamente es elegido o designado, de acuerdo con la Constitución y el régimen legal del Estado, para administrar por encargo los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, teniendo el primero la facultad de formar la fuerza pública que es la única autorizada a utilizar las armas en nombre de la nación.

La naturaleza de la fuerza pública demanda un régimen especial, cuyas características implican que sea una organización vertical y jerarquizada, y su personal aparte de ser formado académicamente a nivel universitario o técnico, a lo largo de la carrera, reciba capacitación militar y física permanente, especialmente en el período de formación, para lo cual viven en los centros académicos, de tal manera que deben prepararse para actuar bajo cualquier circunstancia en actividades relacionadas a la seguridad y defensa, que asumirán como profesionales del Ejército, Marina, Fuerza Aérea o Policía Nacional.

Estas personas, en su etapa profesional, cubren servicios de guardia, y son generalmente destinadas a trabajar fuera del lugar habitual de su residencia, para lo cual deben trasladarse con sus familias o sin ellas, las vacaciones dependen de las necesidades del servicio y, obviamente, están preparadas para hacer uso de las armas y combatir, y es común que trabajen bajo condiciones peligrosas para su salud y vida. El personal se prepara para actuar en los escenarios terrestre, acuático, subacuático y aéreo; en la costa, el Ande y la selva. Esto incluye participar en casos de desastres naturales, así como en la protección de recursos naturales y el medio ambiente.

Este simple análisis evidencia un escenario laboral que exige dedicación exclusiva, estar preparado para afrontar alto riesgo y estrés, en consecuencia la estabilidad emocional es factor fundamental para que el personal pueda actuar, de acuerdo con la Constitución y las leyes, en defensa de los intereses de la nación. Lo descrito es el fundamento para un régimen de remuneraciones y pensiones acorde con el trabajo que realiza el personal de las FF.AA. y la Policía Nacional, en el que después de un mínimo de 20 años de servicio, recién acceden a la cédula renovable.

En la actualidad, la inestabilidad que sufren las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional es de dominio público, las serias disminuciones presupuestales han degradado el nivel de alistamiento que deberían mantener. Esta preocupante situación, que compromete la seguridad y defensa de la nación, se ve agravada por la falta de un sistema de remuneraciones y pensiones acorde con el servicio que el personal brinda al país, lo que, por el tiempo transcurrido, configura un maltrato.

Hemos sido testigos, a lo largo de estos últimos años, de una actitud sinuosa, inestable y desconcertante de parte de las entidades responsables del gobierno para solucionar esta problemática, cuya importancia exige ser afrontada en forma decidida y clara para configurar un sistema sustentado en estudios económicos, financieros, actuariales, sociales y legales, reiteradamente realizados y que, con ajustes menores, podrían ser puestos en vigor para superar la inestabilidad existente.

El sorpresivo anuncio del aumento de remuneraciones a un segmento del personal, podemos asumir, estaría inserto en lo que la actual Comisión Multisectorial tiene proyectado, lo cual de hecho originará consecuencias no previsibles, que probablemente afecte a las mayorías. Esto se evidenciará cuando conozcamos el informe y se emita la disposición legal pertinente, para ser aplicada por el gobierno entrante siempre y cuando no continúe la saga de la inestabilidad y maltrato que ya tiene más de 20 años.

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