miércoles, 18 de mayo de 2016

DE LA PEOR ESPECIE POR HUGO GUERRA

De la peor especie, por Hugo Guerra

Es frustrante que la segunda vuelta electoral se haya convertido en un deplorable espacio de guerra sucia.

De la peor especie, por Hugo Guerra
Hugo Guerra
Es frustrante que la segunda vuelta electoral se haya convertido en un deplorable espacio de guerra sucia entre Peruanos por el Kambio y Fuerza Popular, los partidos que debieran ser la alternativa coherente para salir de la ineficiencia nacionalista que gobierna desde el 2011.
El quehacer político de la peor especie, plagado de vejámenes y defensa de intereses subalternos, impide la discusión racional de programas de gobierno. El debate técnico realizado en el Cusco, por ejemplo, ha sido escenario para intercambios densos, en los cuales no primaron las propuestas específicas sobre seguridad, desarrollo económico y social y visión de futuro, sino que se privilegió el agravio personal y el hígado.
En las redes sociales campea el uso de la chaveta, con la cual se desfigura impunemente la honra de las personas, se expone la seguridad de los candidatos y se atenta contra el derecho de los menores. Un caso repugnante es el uso de las imágenes de las hijas de Keiko Fujimori, a cargo de ‘trolls’ evidentemente reclutados en algún albañal.
Frente a eso, el Ejecutivo –que sigue metiéndose en la campaña a través de Ollanta Humala y la inefable Nadine Heredia– se dedica a investigar a los ‘fujitrolls’, ignorando que hay también ‘ppkcausatrolls’ y que los esbirros de la DINI siguen atacando a los opositores del gobierno.
En ese contexto, la denuncia de “Cuarto poder” ha representado una escalada de la antipolítica al provenir de un canal que se supone ético. La forma y la oportunidad de presentar el caso claramente fue un direccionamiento contra Keiko, a quien sibilinamente se le vincula indirectamente con el lavado de activos, aun cuando formalmente luego se hagan todas las precisiones de que se publicó una supuesta investigación solo contra el secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez. Cosa que, inclusive, ha quedado en el limbo por la declaración de la DEA.
No hay peor mentira que la emparedada entre dos verdades, porque si bien sobre Ramírez ya había indagaciones de la procuraduría local, es innegable que la denuncia periodística fue inconsistente, no estaba madura y cualquier editor responsable sabía  que era un misil para demoler a la candidata y favorecer a Pedro Pablo Kuczynski. Así, los ataques contra Sol Carreño y Augusto Thorndike son injustos, ellos solo son conductores de un programa cuya dirección le debe al país una disculpa arrepentida. 
García Márquez decía que “en periodismo no se permiten los términos vagos o simples intentos. Hay que saber las palabras y los conceptos precisos”. Eso deben entenderlo en América Televisión y dejar de lado cualquier obsesión partidarizada. Salvo en los espacios de opinión, donde esta debe estar firmada y ser transparente, los medios deben informar sin manipular y no fungir de maquinarias de demolición.
Y para lo que queda de campaña, que los candidatos recuerden la admonición de González Prada: “Los políticos se defenderán astuta y eficazmente, porque no usarán el ataque de los galos, que se desnudaban el pecho, sino la emboscada de los pabellones negros que abren su agujero en la tierra, se ocultan, y el instante menos pensado descargan el rifle a la espalda del enemigo”. 

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