CORRIENTES AL INTERIOR DE LAS FFAA

UN BASTÓN DE MANDO DESTROZADO

¿Dónde puede notarse el malestar castrense al que el Presidente parece aludir?

Hay señales abiertas a interpretación. El martes 16 se publicó en el diario oficial el Decreto Supremo por el que se desactiva el Arma de Inteligencia en el Ejército. Si bien la supresión recibió atención de la prensa, el mismo decreto aclara que los institutos armados consideran las actividades de Inteligencia como de Segunda Especialidad, ya incorporadas a sus labores.

Más inquietantes son sentencias recientes de la sala Penal Nacional que ordenaron prisión efectiva de hasta 20 años para militares en retiro por las masacres de Pucará (1989) y Chuschi (1991). En el primer caso, que fue llevado a juicio a partir del trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, se incluye a tres Generales en retiro. El razonamiento jurídico se basó en la teoría de la autoría mediata, que también llevó a la cárcel a Alberto Fujimori por crímenes de lesa humanidad.

Por su parte, un personaje insólito como el capitán EP (r) Eloy Villacrez, ex vinculado a una rama del humalismo (CARETAS 1924) ya interpretó en un sitio web que las palabras de Humala constituyen “una respuesta a diferentes corrientes al interior de la Fuerza Armada, que fueron germinando en la dirección de vacar la presidencia y que es comentado en los cuarteles, fundamentalmente por existir claros indicios delincuenciales” entre los que destaca el caso de Óscar López Meneses.

La interminable cola de la irregular seguridad prestada al exoperador montesinista ha tocado en varios momentos al estamento uniformado.

Pero el viernes 12 se llegó a un nuevo punto. A las 9 y 15 de la noche comenzó una reunión de la promoción del Ejército de Humala, celebrada en el colegio Pedro Ruiz Gallo. La encabezaba el General de Brigada Manuel Gómez de la Torre, el que mayor grado ostenta.

Según pudo conocer CARETAS, hasta allí llegaron unos 60 integrantes de la promoción de 180. La funcionaria de Palacio, Cynthia Montes, se encargó de contactar a varios de los militares instándoles a asistir, incluso a los destacados en provincias.

Gómez de la Torre se dirigió al grupo y mostró el bastón de mando que le obsequió la promoción a Humala cuando accedió a la Presidencia, acompañado de un acta que daba cuenta de su devolución. Esa misma mañana el militar fue personalmente a recogerlo a Palacio de Gobierno, a donde acudió con la venia de su superior, Comandante General Ronald Hurtado. Ante las cámaras, y con un gesto que no ocultaba su molestia con el asunto, Gómez de la Torre lo hizo trizas a combazos.

El coronel EP (r) Osvaldo Zapata circuló en los últimos días correos electrónicos en los que critica la reunión. Dijo que no fue invitado pero en el acto lo vieron entre los asistentes. Zapata sostiene que los S/. 3,500 para comprar el bastón fueron facilitados por su sobrino López Meneses, quien habría mantenido con el Presidente una –ahora negada– amistad.

Humala se ha referido al informe final de la comisión parlamentaria que investigó el caso OLM de “mamarracho”. En consecuencia, los columnistas que suelen empalar a los otorongos salieron ahora a defender la majestad del parlamento.

Las asperezas retóricas del Presidente saltan siempre a la vista (¿y no se supone que la hoy silenciosa Ana Jara estaba ahí para suplirlas?). Pero aquí es evidente que el informe reproduce la absurda narrativa de esta historia: Humala niega a los que se supone eran sus amigos, y estos se esfuerzan a su turno en desmentirlo, pero esos mismos amigos negados dicen que no tienen nada que ver con ninguna vigilancia irregular.