lunes, 4 de octubre de 2010

LAS FUERZAS ARMADAS EN LA REGIÓN

La Amenaza contra las Fuerzas Armadas de la Región

“Las Fuerzas Armadas de América Latina son objeto de un ataque sin precedentes. La ofensiva se realiza en todas las naciones -aunque con métodos diferentes- para lograr un mismo fin: la destrucción definitiva de las instituciones armadas... Transformar a los militares en brazo armado del socialismo, y neutralizar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo“ (extraído de “El Plan del Foro de Sao Paulo para destruir a las Fuerzas Armadas”, versión digital, 2009, www.unoamerica.org).

Decíamos en mayo de 2006: “En estas últimas semanas estamos asistiendo al desmantelamiento de los servicios de inteligencia de las FFAA de la Argentina (que va desde la quema de bibliografía de todo tipo en las escuelas de especialización hasta el quite de misiones) y su centralización en la Dirección de Inteligencia Estratégica Militar que depende directamente del Ministerio de Defensa y es conducida por un ex personal civil de inteligencia (PCI archivista) de la Fuerza Aérea cuya experiencia profesional en la materia dista mucho de ser la necesaria o idónea para el cargo que ocupa”

Sosteníamos, además, que “…lo interesante es que del Ministerio de Defensa dependerán tres direcciones fundamentales: personal, educación y finanzas. De manera que los pases, nombramientos, retiros y bajas, así como los planes de estudio de las futuras ex Fuerzas Armadas (Ejército Argentino, Armada Argentina y Fuerza Aérea Argentina), serán digitados directamente por políticos devenidos en estrategas y especialistas militares”

En la actualidad esto se ha cumplido, incorporándose a fin de año como “especialistas” en el Ministerio de Defensa, miembros de las organizaciones revolucionarias de Luis D´Elia y Emilio Pérsico, hoy cursantes de la materia en la Universidad de Tres de Febrero. El sistema de defensa está colapsado, al igual que el de la seguridad.

A la Argentina le “cupo el honor” de ser la primera nación que desmantela (y lo sigue haciendo) a sus FFAA.

En el Uruguay, como es de público conocimiento, el gobierno marxista se encuentra preparando diversos cambios para el próximo quinquenio, cambios nacionales e institucionales para un mejor control del potencial nacional y como forma de ir asegurando "la reforma del Estado" para la consecución de los objetivos del Socialismo del Siglo XXI, tal como se viene perfilando la situación a nivel regional y continental sujetas a las directivas del Foro de Sao Paulo y del Nuevo Orden Mundial.

Se ha hablado mucho sobre este tema que nos involucra a todos los hermanos latinoamericanos. Hemos observado el desarrollo y los ejemplos del accionar en otras naciones, pero ahora toca a los uruguayos vivirlo en carne propia, experimentar las directivas gramscianas en todos los órdenes del quehacer nacional.

Dentro de este contexto político y social, las FF.AA uruguayas no escapan a esta situación regional, es más, acorde a como se vienen modificando o reformulando otras fuerzas de la región y del continente es que consideramos que las acciones por parte del gobierno oriental están siendo ya digitadas, planificadas y puestas en ejecución. En este sentido, dentro del presupuesto nacional quinquenal 2010 se han planificado cambios estructurales muy importantes que afectaran negativamente la estructura de las FF.AA de nuestro país tal cual como las conocemos.

Estas afectaciones son de carácter estructural y económico, que sirven para purgar sus cuadros, asfixiarlas económicamente ya sea en su presupuesto de funcionamiento como en la cuestión salarial, reducirlas, y así de a poco provocar el colapso de la misma por falta de operatividad, logrando consecuentemente el cumplimiento de una primera etapa, siendo la segunda la sustitución de los cuadros de oficiales y personal combatientes por otras fuerzas proclives al Gobierno y/o la creación de una Guardia Nacional a órdenes del Ministerio del Interior, que ya tiene antecedentes en este país.

Estos cambios comienzan en distintos puntos críticos de suma importancia, y en nuestro particular uruguayo está dirigido a la creación de cargos de Personal de Particular Confianza: Sanidad, Servicios, Retiros y Pensiones, Formación Militar, etc., áreas que eran cubiertas por Oficiales Superiores y Generales.

Sumado a estos cambios, existen otros aditamentos muy importantes que son el uso de fondos de determinados servicios, que surgen de los aportes del personal de las FF.AA que serán destinados a otros fines que no son los dispuestos por las reglamentaciones en vigencia. La Argentina tiene su correlato con el Instituto de Ayuda Financiera (IAF), hoy a cargo de un civil de confianza del gobierno.

Se dispone la reducción de las Fuerzas mediante el pase de efectivos al Ministerio del Interior, y los aumentos de sueldo dentro del presupuesto quinquenal son miserables. Obviamente esta situación lleva a una purga por causas económicas, que empieza a provocar el pase a retiro de los más antiguos como forma de anular las resistencias o remanentes que puedan surgir de sus acciones.

Otro de los puntos más importantes para afectar seriamente la moral de las fuerzas es todo lo relativo a los Derechos Humanos, estrategia "indirecta" que utiliza el Foro de Sao Paulo para debilitar las FF.AA.

El gran tema de los presos políticos es un capítulo aparte. En ambas orillas del Río de la Plata, las Fuerzas Legales junto a todos sus integrantes han sido objetivos políticos de esa guerra llevada a cabo por la subversión internacional contra los principios y valores nacionales, constitucionales y republicanos. Al principio fue una lucha sin cuartel, irregular, de atentados y bombas, con asesinatos y con víctimas inocentes, hundiendo a ambos países en un caos. Hoy , el mismo enemigo de ayer derrotado militarmente, mediante el uso de medios políticos y psicosociales, comenzó un gran escalada cultural sobre la población para alcanzar por este método lo que no pudo mediante la violencia, obteniendo así importantes victorias, a través de la mentira y tergiversación histórica de los hechos, el hostigamiento, la persecución, la difamación, la humillación y el enjuiciamiento a aquellos soldados que habían combatido militarmente a la sedición subversiva.

En la Argentina se vulneró la Constitución con leyes inicuas para poder consumar la venganza. En el Uruguay, la Ley de Caducidad que fue ratificada en dos oportunidades por el pueblo, se intenta desarticularla nuevamente, estando ya en el Parlamento para su trámite. Una vez descartada ésta, como norma de amnistía, según el Gobierno, no existirá impedimento alguno para juzgar al resto de los militares que han combatido la subversión.

Quizás sirvan estos antecedentes para ser tenidos en cuenta por las FFAA del Brasil, a las cuales se pretenden “democratizar”, “conducir” por cuadros políticos del Foro de Sao Paulo, y seguramente, como ya se ha intentado, “juzgar”, encarcelando a los oficiales que otrora combatieron el flagelo terrorista que azotó a ese país.

Enrique Mangini Usera
Mayor(R) de-Caballería -Ejército Uruguayo
antarkos@gmail.com

Jorge P. Mones Ruiz
Ex-Mayor de Caballería- Ejército Argentino
jorgemonesruiz@yahoo.com.ar

ARTICULO ESCRITO POR UN PERIODISTA ARGENTINO

Cuando las FFAA y la Policía son vencidos por la clase política, aparecen estos defensores de la patria como los nuevos presos políticos; antes eran unos, ahora son muchos como sucede en la Argentina y pronto se dará en el Perú en que los terroristas son las víctimas y los militares y policías los asesinos, violadores de los derechos humanos y autores de crímenes de lesa humanidad.
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SITUACIÓN ARGENTINA
Es un mensaje de Horacio Palma, un joven periodista que nada tiene de militar. Es un llamado a la conciencia de los militares, nuestras familias y quienes piensan como nosotros.
¿LOS MOLESTO?
Uno va caminando pensando en sus cosas. Va caminando entre la gente y sumergido en el ruido del mundo. Y de repente un chasquido. Un chasquido fuerte entre el papel y los dedos.
Algo tan simple… tan elemental. Basta ese chasquido para que nosotros salgamos del ensimismamiento y prestemos atención. Levantamos entonces la mirada.
No se si a ustedes, pero a mí, las cosas sencillas me sorprenden más que los grandes fuegos de artificios.
Antes, mucho antes, pero no tanto… cuando uno aludía a la “Familia Militar”, aludía no sólo a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad en actividad, sino también a los retirados, a sus familiares directos, y a gran parte del Personal Civil de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que se sentían identificados con esas Instituciones, y que compartían sus mismos objetivos y sus mismas aspiraciones.
Supongo que habrá datos ciertos sobre el número de personas que componen hoy la “Familia militar”, pero yo no los tengo. De todos modos, debe ser un número importante… aunque no exista como “familia”.
La política oficial contra el personal militar y de fuerzas de seguridad, sin distinción de jerarquías y responsabilidades, que combatió a los terroristas que atacaron a la República Argentina durante los gobiernos constitucionales de: Frondizi, Guido, Illia, Perón e Isabel; ha llegado a su punto culminante en el presente, con la prisión política y posterior enjuiciamiento ante tribunales especiales y parciales, de quienes eran por entonces jóvenes oficiales, suboficiales y civiles que cumplían las órdenes emanadas de sus Comandantes en Jefe y Presidentes de la República Argentina.
Estoy hablando de los 70, pero también estoy hablando de hoy.
La unilateral política, mal llamada “de Derechos Humanos”, los mal llamados “crímenes” mal declarados de “Lesa Humanidad”, la persecución ideológica, los escraches, la jurisprudencia retroactiva, el juzgamiento de cosas juzgadas, la anulación de las leyes de pacificación nacional, sancionadas por las Instituciones democráticas de la República Argentina, que se conocieron como de “Obediencia Debida y Punto Final”, sacar a los imputados de la jurisdicción de sus jueces naturales, la anulación de los Indultos Presidenciales otorgados por presidentes elegidos democráticamente, la cárcel con prisiones preventivas que exceden los tiempos legales, la pretensión de juzgar una guerra con el Código Penal, la vergonzosa aceptación de testigos falsos, y toda otra impúdica felonía jurídica que les venga a la mente; todos estos hechos han sido atropellos cometidos por un Poder Ejecutivo irracional, un Poder Legislativo complaciente, y por un Poder Judicial obedientemente cobarde.
“No es grave cometer un error. Todo el mundo lo comete. Lo grave es persistir en él, agrandarlo y justificarlo”, dijo Lenin… exactamente, es tan grande la torpeza de quienes nos gobiernan, y tal su empecinamiento en lograr la destrucción de las instituciones y de la producción… que terminarán por hartar a la sociedad.
Las últimas elecciones han sido un claro ejemplo.
Algo digno de destacar, es que, a pesar del persistente hostigamiento político, de las aberraciones judiciales y de la total falta de garantías del gobierno de los Kirchner para con los soldados que combatieron al terrorismo en Argentina, los miembros de La “Familia Militar” (salvo contadas excepciones) ha acatado siempre la Ley y se han sometido a derecho siempre… aún sin haberlo recibido nunca.
Los soldados de ayer, hoy son presos políticos esperando un juicio cuyo veredicto está cantado. Han sido deshonrados, han humillado directa e indirectamente a sus familias, y son considerados los únicos responsables de una tragedia de la que debe hacerse cargo la República toda.
Si bien no me caben las generales de la Ley, digo, si bien no pertenezco yo a la “familia militar”, confieso que al principio, pensaba que en algún momento, los familiares de los presos políticos abandonarían su mudez. Hoy, después de 8 años de espera infructuosa, la esperanza se me ha desvanecido casi por completo.
Tengo la sensación, al hablar con muchos de sus integrantes, que a La “Familia Militar” le han quebrado la moral. Le han aniquilado su voluntad de lucha.
Un soldado que en los 70 luchó contra ese terrorismo que bañó de sangre a la Argentina, me cita una frase del antiguo estratega chino Sun Tzu: “Tzu dice dos cosas fundamentales:
Uno. Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.
Dos. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar”.
Estimado lector, por favor, vuelva a leer los dos conceptos.
Desde el último advenimiento de la democracia, los terroristas argentinos y sus acólitos han aplicado inteligente y minuciosamente estos dos principios a rajatabla.
Y una vez en el poder, su ensañamiento ha ido creciendo. Envalentonados con nuestro miedoso silencio, ellos llevan más de 25 años engañando al pueblo sobre la verdad de aquella guerra. Y esa tenacidad ha dado sus frutos: han sometiendo nuestra voluntad de lucha, y han quebrando casi definitivamente la moral de sus antiguos oponentes.
Hoy, la “Familia Militar”, o lo que queda de ella, está desorientada. Sus líderes naturales no la conducen ni atienden sus necesidades, su accionar es disperso e individual, por ende, casi inútil. Hoy, la “Familia Militar” parece derrotada moralmente.
¿Porqué las esposas y los hijos de los presos políticos no están en las calles?... se pregunta uno. “Por miedo”, justifican algunos.
¿Miedo o vergüenza?, es la pregunta que me brota rápida.
Y sea cual fuere la respuesta, la verdad es una: Parecen derrotados.
A diferencia de otros sectores de la sociedad a los que los Kirchner intentaron doblegar, la “Familia Militar” anda dispersa en luchas individuales.
Todos hemos sido testigos del golpe feroz que este gobierno de soberbios ha recibido en las últimas elecciones. Comparemos la estrategia de las entidades del campo en su oposición a las políticas gubernamentales: Sectores rivales históricamente supieron salvar sus diferencias. Se unieron en el reclamo entidades que antes no podían compartir una mesa.
Unificaron política y discurso… todos reclamaron y dijeron lo mismo. En las rutas, en las calles, en las plazas, ante las autoridades o ante los medios de comunicación… siempre el mismo mensaje. “Estamos hartos…”.
Un año después, la dirigencia del campo llenó el Congreso de representantes.
Desde hace mucho tiempo, el gobierno nacional viene trabajando operaciones psicológicas a fin de tratar de crear un ambiente institucional que permita quebrar la moral de la Fuerzas Armadas. Es un mecanismo de lucha que les ha permitido entrar en el subconsciente de los integrantes de la “Familia Militar”.
Así, el gobierno ha podido moldear a los nuevos “soldados” con una conciencia donde se politice la acción de la fuerza armada.
¡Ahí está la acción terrorista!, golpear y golpear la moral institucional hasta relajar por humillación a sus integrantes.
Y el objetivo, lamentablemente, parece estar cumplido.
Han quebrado a las Fuerzas Armadas, institucional, y generacionalmente.
Las Fuerzas Armadas y de Seguridad son instituciones piramidales, rígidas, regidas por la disciplina y especialmente por la moral. Y todo eso carcomió el enemigo.
La “Familia Militar” ha sido derrotada con lamentable facilidad.
Escucho y veo a parte de esa “familia militar”. Salvo contadas excepciones que todos conocemos, la mayoría ha perdido su autoestima. Ha perdido su honor, y lo que es más trascendente, ha olvidado sus responsabilidades para con la Patria.
El enemigo les ha quebrado la voluntad. Los ha sometido sin luchar.
“Nunca dejamos a nadie abandonado en el campo de batalla…” esa frase la he escuchado decir mil veces a los Infantes de Marina en las películas. Uno la escuchaba y se emocionaba. Ahora, cada vez que la escucho, mi alma viaja al Penal de Marcos Paz, que es emblema de los soldados humillados, pero también a todos los demás penales y hospitales de la Argentina donde están confinados al olvido los Presos Políticos de Argentina, como abandonados a su suerte.
Escucho y leo con atención a toda nuestra “propia tropa”. Unos afirman que los presos políticos son las Víctimas del terrorismo de hoy. Otros, piensan que los presos políticos de Argentina son las bajas de la nueva guerra.
Sea como sea, si la película de guerra fuera hecha en Argentina de hoy, aquella frase que escuché mil veces decir a los infantes, debería volver a escribirse. En la película de la guerra argentina debería decir: ¡Perdón Camaradas y Amigos... abandonamos. Arréglense como puedan!
Y lloró con bronca. Y lloró desconsoladamente.
Michel Foucault en “Genealogía del Racismo” respecto del papel fundacional de la guerra en la creación de los Estados, invierte la famosa frase de Carl Von Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, y dice: “la política es la continuación de la guerra por otros medios”.
Viendo el espectáculo mediático y político en el tratamiento a nuestros presos políticos, es obvio que el enemigo ha continuado su guerra en la política.
La “Familia Militar” ha arriado las banderas y se ha entregado mansamente al silencio.
Quedan unos pocos “loquitos” escribiendo. Algunas “impresentables” gritando en la Plaza.
Unos pocos “dinosaurios retirados” haciendo lo imposible para que los soldados presos no se sientan abandonados.
Todo lo que quieran…pero al menos esa gente no ha claudicado ante el enemigo.
Yo prefiero, sinceramente, a los “loquitos, las impresentables, y a los dinosaurios” inclaudicables, antes que ese incomprensible silencio de “sálvese quien pueda”, que escucho por debajo del miedo general de los familiares de los presos políticos.
Tómense estas palabras, no como un reproche, sino como un respetuoso y personalísimo pedido a la “Familia Militar”, o a lo que quede de ella.
¿Hasta cuando seguirán mudos ante esta política de humillación?
¿Les ha servido para algo?
Al principio del silencio, había 30 presos. Hoy, son casi 700.
Si las esposas, los hermanos, los padres, los hijos y los nietos de los soldados presos en las cárceles de los Kirchner creen que soportar en silencio la humillación, es su aporte a la pacificación nacional . . . que no lo comparta, lo acepto.
Pero entonces quiero que lo digan con claridad.
Quiero saber si el silencio es miedo, es estrategia, o es aporte a la pacificación nacional.
Quiero saber si a los familiares de los presos políticos les molesta que haya “loquitos” escribiendo, “impresentables” reclamando libertad en las plazas, o “dinosaurios” empeñados en no olvidar a los presos.
Si el silencio en el reclamo es miedo, los invito entonces a que lo pierdan, y se sumen al grito de los que desde hace años gritan el reclamo. Los invito a que se unan a las que, desde hace años gritan en las Plazas y en las calles. Los invito a que ayuden a los que desde hace tiempo, trabajan para que los presos no se sientan abandonados a su suerte.
Digo, así no tendrán que bajar la mirada cada día de visitas, cuando sus familiares, sus camaradas o sus amigos presos le pregunten qué están haciendo por ellos allá afuera.
Y si les molesta que haya gente gritando por los suyos, como ahora yo, por favor, me mandan un mail y me avisan.
Horacio R. Palma
horaciorpalma@yahoo.com.ar

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