Corría el año de 1972, mes privilegiado setiembre, vísperas de celebrarse el cincuentenario "Bodas de Oro de la Policía de Investigaciones del Perú", como es más conocida, de la PIP; y precisamente el día 11 de ese mes, en solemne ceremonia a la que asistieron el Director General de la Institución, el alto Comando PIP y numerosos Jefes y Oficiales de la Policía de Investigaciones del Perú. Se inauguró el Laboratorio y el Instituto de Criminalística en el sexto piso de lo que fue el Centro de Instrucción PIP (Aramburú 550 - San Isidro).
Después de entonarse las sagradas notas del Himno Patrio, y el entonces Capellán del CIPIP Padre Fernandez bendecía las instalaciones, su Director el Inspector Superior PIP Luis Espinoza Espinoza pronunciaba su discurso de orden en el cual hizo mención del trascendental paso dado por el Instituto al inaugurar las nuevas instalaciones de la Dirección en las cuales se cultiva la Ciencia Criminalística, base fundamental del proceso investigatorio.
Hizo referencia: "Que la Policía de Investigaciones del Perú ha incrementado en la investigación del delito la ayuda de la ciencia; pués, el 27 de marzo de 1937, como parte integrante del Gabinete de Identificación, se creó el Laboratorio de Técnica Policial con sus Secciones de Química Aplicada, Biología Forense, Modelados y Grafotécnia".
En aquella ocasión el Director Gerente de Laboratorios "Shering Corporation" hizo entrega como donativo al Laboratorio e Instituto de Criminalísitica de un Cromatógrafo de gases que se utiliza para la determinación analítica de sustancias que pueden ser capaces de gasificarse. Al acto asistió la Prensa Nacional representada por su Presidente de la Federenación de Periodistas, de aquella época, el finadito Carlos Paz Cafferata.
Hoy, como en aquellos tiempos, los hombres de Criminalística que pertenecimos a la Gloriosa Policía de Investigaciones del Perú (PIP) y que hoy conformamos, conjuntamente con otros profesionales que integran la asociación de la ACADEMIA CIENTIFICA DE INVESTIGACION DEL DELITO (ACIDEL), hacemos un alto horario para reunirnos y brindar por aquellos recuerdos; y hacer la promesa de esforzarnos profesionalmente, aún más, en nuestra labor científica forense en apoyo a la verdad y la justicia por una sociedad sin delincuencia, que es nuestro ideal, no muy lejos de alcanzar, pero que no cejaremos en su lucha por lograrlo, aplicando por cierto los conocimientos científicos forenses en la investigación del delito.
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