martes, 5 de enero de 2016

MALESTAR POLICIAL

Cualesquiera otros funcionarios o empleados del Estado pueden paralizar sus labores y el Estado de Derecho sigue rigiendo; pero si militares y policías se negaran a obedecer al gobierno y deciden parar sus funciones, éste ni el Estado de Derecho durarían ni cinco minutos. 
Para justificar la congelación de las pensiones de militares y policías, sus enemigos argumentaron que debían regirse por las mismas reglas de juego que los demás funcionarios y trabajadores del Estado, y que no debían tener un régimen previsional "privilegiado". Soslayaron decir, sin embargo, que ese régimen ESPECIAL se sustentaba en la muy especial y única situación que tienen militares y policías con relación al Estado. Es así que, al tener en sus manos las armas de la Nación, eran las únicas organizaciones de las que, en última instancia, se sostenían el orden y la estabilidad del Estado de Derecho. Esta tremenda responsabilidad les obligaba a tener un régimen laboral distinto a los demás funcionarios, empleados y trabajadores del Estado, como son la prohibición de formar sindicatos, del derecho de huelga, de fijar libremente residencia, de salir del país, de moverse libremente por el territorio nacional, de la prohibición de ejercer otra actividad laboral, de un especial régimen disciplinario y penal, etc, amén de las muy ajustadas remuneraciones en los primeros años de la carrera, lo que iría mejorando al ir ascendiendo de grado.

Cualesquiera otros funcionarios o empleados del Estado pueden paralizar sus labores y el Estado de Derecho sigue rigiendo; pero si militares y policías se negaran a obedecer al gobierno y deciden parar sus funciones, éste ni el Estado de Derecho durarían ni cinco minutos. 

Esta especial responsabilidad y situación laboral de militares y policías (que no injustificado "privilegio"), les otorgaba en compensación y por mandato legal desde hace más de 70 años, una pensión que se iba renovando de acuerdo a la remuneración del personal en situación de actividad. Estas eran las reglas de juego aceptadas por militares y policías, así como por el Estado peruano. Sin embargo, siguiendo las alevosas recetas del FMI y del MEF, este gobierno proyectó, aprobó y promulgó el decreto legislativo Nº 1133 que creó un nuevo régimen pensionario, que no sólo borraba la pensión renovable para los futuros pensionistas, si no que pérfidamente emboscó a los antiguos pensionistas que habían cumplido su parte del contrato, congelándoles las pensiones y discriminándolos con relación a los que pasaron al retiro a partir del 10 de diciembre del 2012.

Si, de acuerdo a las razones esgrimidas por sus enemigos, militares y policías no debían tener "privilegios", ¿entonces por qué no se les permite ejercer otra actividad lucrativa, al igual que los otros trabajadores del Estado? Ellos también tienen derecho a "hacer caja" para un retiro digno.

GABP

Malestar policial cunde en el país

Un Policía mal pagado, nunca puede ser un buen Policía, y la ciudadanía seguirá padeciendo la terrible plaga de la delincuencia. Así de contundente fue la respuesta de la Congresista María Cuculiza respecto a la desaparición del sistema conocido como 24 x 24, que rige a partir del día de ayer, 01 de enero de 2016, pues este disminuirá significativamente los ingresos de miles de agentes, debido a que no podrán trabajar en nada que que no sea en su institución.
Tras la oficialización del carácter de exclusividad del ejercicio de la fun­ción policial, quedando eliminado el sistema conocido como ’24×24′, se evidencia un gran malestar en la fa­milia policial, pues sufrirán un desba­lance en su presupuesto mensual y no podrán cubrir la canasta familiar. Incluso, no podrán o les será muy di­fícil solventar el pago de los colegios o las universidades de sus hijos.
La vida familiar de cada hogar poli­cial se convierte así en una fuente de preocupación al no saber lo que les depara el futuro ni cómo sobrevivirán los policías y sus familias.
Hay que destacar, sin embargo, de que a partir de esa fecha también se implementa la cuarta bonificación que incrementará en parte su presu­puesto mensual. Pero los policías sa­can cuentas y, según ellos, no cubre lo que percibían cuando tenían dos trabajos. No se ha informado sobre el monto de esta bonificación.
Es por esta razón que el malestar policial se ha generalizado y la im­potencia se ha apoderado de ellos, porque deben aceptar todo lo que les imponen.
Pero todo esto proviene desde que el Congreso de la República, me­diante la Ley 29915, delegó al Po­der Ejecutivo la facultad de legislar “para el fortalecimiento institucio­nal de la Policía Nacional del Perú y de la carrera policial”.
La realidad nacional, es cierto y necesario, exige un proceso de modernización de la institución policial para mejorar su función, acercarla a los ciudadanos, hacerla más eficiente, transparente y que satisfaga las necesidades de or­den interno, seguridad ciudadana y protección de las personas y co­munidad en todo el país.
Por eso es necesario que la Policía Nacional cuente con una nueva or­ganización y estructura. Hay que establecer un nuevo modelo de de­sarrollo organizacional y de gestión operativa y administrativa, que revalorice la función policial con el uso de tecnologías para brindar servicios de excelencia.
EL FACTOR HUMANO
El objetivo es loable y todo marcha hacia su consolidación. Pero nadie ha reparado en la materia prima, el personal humano, en los miles de agentes subalternos que van a combatir contra la delincuencia y la drogadicción y que la mayoría considera que el decreto legislativo que les prohíbe trabajar en sus días de franco los perjudicará.
Por ejemplo, un suboficial que trabaja en un gran restaurante del Centro de Lima señala muy indignado –pidien­do el anonimato– que la medida los afecta económicamente y que sus ingresos disminuirán en un 50 por ciento. “Estoy seguro que las coimas y la corrupción volverán”, advierte.
Y es que los policías trabajan 24 ho­ras en una comisaría y otras doce horas en un trabajo particular, res­guardando algún local para poder mantener a sus familias. Pero al eli­minarse definitivamente el sistema denominado 24×24, ya no podrán hacerlo. Desde ayer los efectivos policiales salen a trabajar sabiendo que les han quitado un pan de la boca pero resignados e impoten­tes, “porque ni siquiera podemos protestar o reclamar”.
“Tengo un hijo en la universidad y dos en el colegio, pero el sueldo que gano como policía no me al­canza. Por eso tengo otro trabajo para completar mi presupuesto honradamente. El objetivo del Gobierno es rescatar la exclusividad del trabajo policial y fortalecer la se­guridad ciudadana para acabar con el crimen organizado, pero eso se puede convertir en letra muerta si no se aumentan los sueldos a los policías. Humala ofreció aumentos, pero nos está dando bonificaciones. Nosotros damos todo a cambio de nada. Al final, la familia, con la que poco convivimos, paga las conse­cuencias”, confiesa otro subalterno que también pide anonimato. ­
En sus días de franco, los policías no solamente trabajan como vigilantes, sino también como taxistas y otros oficios. En el Perú hay un “ejército” de al menos 40 mil policías que se “re­cursean” en sus días libres. En ade­lante, no podrán hacerlo pues de lo contrario la sanción es la baja, es de­cir, se quedan en la calle, sin trabajo.
Mucho reclaman que se les aumente el sueldo y que no se les estimule con bonos, debido a que en otro gobierno podrían desaparecer y afectar, otra vez, el precario bolsillo de los policías. Además, advierten que esos bonos perjudican su jubilación.
MALDAD Y ENGAÑO
La congresista Cuculiza, de las filas de Fuerza Popular, considera que existe “una maldad y un engaño del Gobierno por quitarles un pan de la boca a los policías”. “Lo primero que hay que hacer para que haya seguri­dad es darle el bienestar que se me­rece al policía. Mientras se cometan esas injusticias nunca vamos a tener una policía eficiente”, afirma.
La exministra de la Mujer señala que un gigantesco ejército de policías, casi el 80 % de subalternos, vive con dos trabajos para poder mante­ner a su familia y tener a sus hijos en el colegio y universidades.
“Cómo le van a exigir a una policía frustrada, sus ingresos van a dis­minuir y todos vemos tantas bar­baridades que pasan en las calles y mientras se cometan estas injusti­cias nunca vamos a tener una policía eficiente”, advirtió Cuculiza.
No se conoce el número exacto de policías que se buscan un ingreso ex­tra en sus días libres para sobrevivir, pero algunas fuentes señalan que se acercan a 40 mil efectivos del orden.
La congresista fujimorista tam­bién criticó que los policías en el Perú ni siquiera tienen cómo atenderse con sus familias, por el estado caótico del hospital policial. “Es una barbaridad que muchas veces los propios policías tengan que comprar sus medici­nas”, dijo indignada.
EL APUNTE
¿CÓMO ES EL SISTEMA?
El régimen 24×24 –implementado desde hace más de 10 años para compensar las bajas remuneraciones que percibían los policías– permite que los agentes dediquen un día entero al servicio policial y al día siguiente (descanso o franco) trabajan prestando protección a negocios diversos (casinos, bancos, farmacias, restaurantes, etc.)

COMPLEMENTANDO ESTE MALESTAR, ¿SE HA PUESTO UD. A MEDITAR, DONDE TIENEN UBICADAS SUS VIVIENDAS LOS POLICÍAS.........? HAGA UD. UNA PEQUEÑA ENCUESTA EN UNA COMISARÍA CERCANA A SU VIVIENDA Y PODRÁ DETERMINAR QUE LOS POLICÍAS, QUE DEBEN ESTAR EN VILLAS MULTI FAMILIARES DECENTES, ELLOS CONVIVEN DONDE POLULA EL DELINCUENTE; Y ELLO PUEDE SER ORIGEN DEL MAL COMPORTAMIENTO DE ALGUNOS DE SUS MIEMBROS. LAS UNIDADES DE BIENESTAR DE PERSONAL NO ESTÁN FUNCIONANDO Y LA SELECCIÓN DE PERSONAL PARA INTEGRAR SUS FILAS NO ESTÁ CUMPLIENDO CON LA TAREA ENCOMENDADA. PERO TODO ELLO SE DEBE A LA FALTA DE UNA BUENA REMUNERACIÓN ECONÓMICA Y PENSIONARIA, PROGRAMAS DE VIVIENDAS POLICIALES QUE PERMITAN A LA FAMILIA POLICIAL VIVIR HOLGADAMENTE, TANTO, DURANTE EL SERVICIO Y DESPUÉS EN SU VEJEZ.

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